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La toma de Jericó

Las puertas de Jericó estaban cerradas y fortificadas a causa de los israelitas. Nadie podía entrar ni salir.

El SEÑOR le dijo a Josué: «Voy a entregar en tus manos a Jericó, a su rey y a sus soldados. Una vez al día, marcha alrededor de la ciudad con todos los soldados. Haz esto por seis días.

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